Recuerdo cuando te sentí, en mi vientre por primera vez…
Mis ojos hoy, se llenan de lágrimas como en aquel momento.
No habían todavía, grandes cambios en mi cuerpo,
Pero tú poco a poco, en mi interior estabas creciendo.
Recuerdo que también reí, y me sonrojé de emoción al sentirte,
Me quedé tan quieta, impactada con tus movimientos,
Estabas tan pequeño, pero habías transformado mi existencia,
Llenabas de amor mi vida, y mi historia ya nunca sería la misma…
No necesitaba que un médico me diera la gran noticia,
Yo te sentía, mi tesoro amado, tu vida estaba conectada a la mía,
Te puse un nombre, desde ese mismo momento,
Mi dulce Jesús, ese eras tú, mucho antes de tu nacimiento.
Hoy recuerdo mi rostro llenito de orgullo,
Sin poder ver el tuyo, pero anhelando abrazarte,
Decirte que te amaba, desde ese mismo instante,
Y en mi pecho acurrucarte, porque eres mi bendición más grande.
Consuelo Paz.
Mayo 2013.
Consuelo Paz 